La erupción del volcán Krakatoa: En 1813, el volcán Krakatoa entró en erupción
catastróficamente, llevándose al rededor de 36.000 vidas.
En los años anteriores a la erupción de 1883, la actividad
sísmica alrededor del volcán era intensa, con algunos terremotos en lugares
distantes como Australia. El 20 de mayo de 1883, tres meses antes de la
explosión final, comenzaron a aparecer regularmente escapes de gases en
Perboewatan, en el norte de la isla. Las erupciones de ceniza alcanzaron una
altura de 6.000 metros y las explosiones pudieron oirse en Batavia (Yakarta), a
más de 150 kilómetros de distancia. La filtración de agua en la cámara de magma
produjo grandes cantidades de vapor y humo, pero la actividad se extinguió
hacia finales de mayo. Esto trajo como consecuencia la tranquilidad de la
población aledaña, que no tomó medidas de seguridad mayores; sin embargo, la
comunidad científica envió científicos a estudiar la isla y encontraron
inquietantes signos de una actividad volcánica que no se aplacaba.
El volcán entró de nuevo en erupción en torno al 19 de
junio. La causa de la erupción, según se cree, fue una nueva fisura o fisuras
que se formaron entre Perboewatan y Danan, más o menos donde está el actual
cono volcánico de Anak Krakatau. La violenta erupción causó mareas
excepcionalmente altas en la zona, y los barcos anclados tuvieron que ser
amarrados con cadenas. Después del 11 de agosto comenzaron erupciones
más grandes, con penachos emitidos por al menos once fisuras. El 24 de
agosto, las erupciones lejanas se intensificaron. Aproximadamente a las 13:00
(hora local) del 26 de agosto, entró en su fase de máxima actividad, y
alrededor de las 14:00, los observadores pudieron ver una nube negra de ceniza
de una altura de 27 kilómetros (17 millas). En este punto la erupción era
prácticamente continua y las explosiones podían oírse con intervalos de unos
diez minutos. Desde los barcos que se encontraban a 20 kilómetros (11 millas
náuticas) de distancia del volcán se informó acerca de la caída de ceniza
pesada, con pedazos de piedra pómez caliente de hasta diez centímetros de
diámetro, que caían sobre sus cubiertas. Un pequeño tsunami golpeó las orillas
de Java y Sumatra a aproximadamente 40 kilómetros (28 millas) de distancia
entre las 6 pm y 7 pm.
El 27 de agosto, el volcán entró en la catastrófica etapa
final de su erupción. Cuatro enormes explosiones ocurrieron a las 5:30, 6:42,
8:20, y 10:02. La peor y la más ruidosa de estas fue la última explosión. Cada
una fue acompañada por tsunamis muy grandes. Una gran área del
Estrecho Sunda y varios lugares en la costa de Sumatra fueron afectados
por flujos piroclásticos del volcán haciendo hervir el agua cercana a
la isla. Las explosiones fueron tan violentas que se oyeron a 2.200 millas
(3.500 kilómetros), incluso en Australia y la isla de Rodrigues cerca de
Mauricio, a 4.800 kilómetros de distancia. El estruendo de la destrucción de
Krakatoa se cree que es el sonido más alto registrado en la historia,
alcanzando los niveles de 180 dB (SPL) (una medida del desvío de la
presión producida por el sonido y medida en decibelios) a una distancia de 160
kilómetros (100 millas). Se dice que marineros que se encontraban a 40 km. a la
redonda quedaron sordos del estruendo. La ceniza fue propulsada a una altura de
80 kilómetros (50 millas). Las erupciones disminuyeron rápidamente después de
aquel punto, y antes de la mañana del 28 de agosto Krakatoa estaba tranquilo.
Los efectos combinados de flujos piroclásticos, cenizas
volcánicas y tsunamis tuvieron resultados desastrosos en la región. No hubo
ningún superviviente de entre los 3.000 habitantes en la isla de Sebesi,
aproximadamente a 13 kilómetros de Krakatoa. Los flujos piroclásticos que
viajaron sobre la superficie del agua a 300 km/h mataron alrededor de 1.000
personas en Ketimbang, en la costa Sumatra, a unos 40 km al norte de
Krakatoa. El número de muertes oficial registrado por las autoridades holandesas
fue de 36.417 y muchos asentamientos fueron asolados, incluyendo Teluk Betung y
Ketimbang, en Sumatra, y Sirik y Semarang, en Java.
Las áreas de Banten de Java y el Lampong sobre Sumatra fueron
devastadas. Hay numerosos informes documentados de grupos de esqueletos humanos
encontrados flotando en el Océano Índico sobre balsas de piedra pómez volcánica
que llegaron hasta la costa oriental de África, incluso un año después de la
erupción. Algunas tierras de Java nunca fueron pobladas de nuevo; volvieron a
convertirse en selva y ahora constituyen el Parque Nacional de Ujung Kulon.
Los
barcos en lugares tan distantes como Sudáfrica se mecieron con
los tsunamis que los golpeaban, y se encontraron cuerpos de víctimas
flotando en el océano durante semanas después del acontecimiento. El tsunami
que acompañó la erupción fue supuestamente provocado por flujos piroclásticos
gigantescos que entraron en el mar; cada una de las cuatro grandes explosiones
estuvo acompañada por un flujo piroclástico masivo resultado del
derrumbamiento gravitacional de la columna de erupción. Nuevas teorías afirman
que fue consecuencia del colapso de la caldera magmática.
Estos
varios km3 de material entraron en el mar, desplazando igual
volumen de agua de mar. Algunos flujos piroclásticos alcanzaron la costa
de Sumatra a una distancia de hasta 40 kilómetros (25 millas) de
distancia, al parecer tras desplazarse por encima del agua sobre un «cojín» de
vapor sobrecalentado. Hay también indicios de flujos piroclásticos submarinos que alcanzaron 15km (10 millas) del volcán.
En un reciente documental, un equipo de investigación alemán realizó pruebas de flujos piroclásticos sobre el agua, que revelaron que la ceniza caliente viajó sobre el agua en una nube de vapor (400 °C), causando un fatal y devastador tsunami. Tras estas explosiones, la isla quedó completamente destruida y soterrada bajo el mar.