martes, 7 de mayo de 2013

Un nuevo idioma

Una nueva lengua: en 1887 un oftalmólogo polaco se encontraba terminando de crear su lengua artificial auxiliar. Se trataba de Lázaro Zamenhof, alias Doktoro Esperanto, cuyo apodo dió nombre a el nuevo idioma: Esperanto. En la actualidad se estima que cuenta con entre 100 000 y 2 000 000 de hablantes, aunque ningún país lo adoptó como lengua oficial.


Lázaro Zamenhof "Doktoro Esperanto"
Después de diez años de trabajo, que Zamenhof los pasó traduciendo literatura al idioma, así como escribiendo prosa y versos originales, la primera gramática del esperanto fue publicada en Varsovia en julio de 1887. La cifra de hablantes creció rápidamente durante las décadas siguientes, en un principio en el Imperio ruso y Europa oriental, luego en Europa occidental ,América, China y Japón. En los primeros años del movimiento, los esperantistas mantenían sólo contacto por correspondencia, hasta que en 1905 se realiza el primer Congreso Universal de Esperanto que se llevó a cabo en la ciudad francesa de Boulogne-sur-Mer. Desde entonces, los congresos mundiales se han organizado en los cinco continentes año tras año excepto durante las dos Guerras Mundiales.
El número de hablantes creció rápidamente en las primeras décadas, sobre todo en el Imperio Ruso y Europa del Este; luego en Europa Occidental, América, China y Japón. Muchos de los primeros hablantes llegaban desde otro idioma planificado, el volapük, que el mismo Zamenhof había aprendido.
El 1888, en Núremberg (Alemania), el periodista Leopold Einstein funda el primer grupo de esperanto; un año después, en 1889, el mismo Einstein funda la primera gaceta en esperanto: La Esperantisto. En ella publicaron sus escritos autores como Zamenhof, Antoni Grabowski, Solovjev, Devjatin o León Tolstoi. Tras la colaboración de Tolstoi, que fue uno de los mayores defensores del esperanto, la censura zarista prohibió la entrada de ejemplares de la revista al Imperio Ruso.
El movimiento esperantista creció de manera firme y atrajo personas de todas las clases sociales y de todas las ideologías, aunque, quizás, con una proporción algo mayor de miembros, de lo que se podría llamar la pequeña burguesía avanzada. Pronto echa raíces en Francia, especialmente en la ciudad Céret y posteriormente en España, particularmente en la ciudad de Valencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario